También suelen ser llamadas “cámaras de eco”, y si bien siempre existieron, con la explosión de las redes sociales, este fenómeno cobró más importancia y todas las miradas se dirigieron a intentar entenderlo mejor. 

Básicamente, el concepto de burbuja hace referencia al aislamiento que se crea cuando los individuos se rodean de personas o fuentes de que sólo esgrimen argumentos para sus creencias y opiniones preexistentes. Esto, inevitablemente, lo  conduce a una visión distorsionada de la realidad.

En la modernidad, podemos entenderlo desde una perspectiva que se vincula con aquellas sugerencias de los algoritmos personalizados. Estos suelen ser configurados por las redes sociales y los motores de búsqueda, y tienen la finalidad de complacer al usuario para que continúe usando la plataforma.  

Por ese motivo, adaptan el contenido a cada usuario. Para esto utilizan  su historial de navegación e identifican sus preferencias. 

De ese modo, se genera un bucle de retroalimentación: los usuarios solo serán expuestos a aquellos contenidos que se orienten a sus puntos de vista existentes. 

Con esto, se podría decir que los puntos de vista opuestos se censuran, o bien, en términos más sutiles, “se filtran”. 

Obviamente, las consecuencias de estas burbujas son importantes. Y sus efectos ya se perciben en los escenarios políticos de distintos países del mundo. Junto a nuestra colaboradora Maria Stroman, te enumeramos algunos: 

  • Falta de pensamiento crítico 
  • Tendencia a una sociedad polarizada
  • Incapacidad de las personas para entablar un diálogo con quienes opinan distinto
  • Desinformación y Fakenews
  • Negacionismo histórico o ambiental
  • Imposibilidad de comprender cuestiones complejas.

Salir de estas burbujas requiere un esfuerzo consciente para buscar perspectivas diversas y relacionarse con personas que tienen opiniones diferentes. A su vez, se precisa de evaluar desde una perspectiva crítica nuestras propias creencias y la información que consumimos.

Si bien las burbujas de información  funcionan como un entorno seguro en el que podemos sentir cierta comodidad y validación, también son limitantes de nuestra capacidad de aprender. Y en consecuencia, también impactan en cómo podemos crecer como individuos y como sociedad. Por eso, es fundamental ser conscientes de su existencia y trabajar activamente para salir de ellas.

5 formas en las que podemos practicar el pensamiento crítico para romper las burbujas informacionales 

En el mundo actual, nos bombardean constantemente con información procedente de diversas fuentes, y puede resultar difícil filtrar lo que es cierto y lo que no. Para salir de nuestras burbujas de información y desarrollar una comprensión más completa del mundo, es esencial practicar el pensamiento crítico. He aquí cinco formas de hacerlo:

1. Cuestionarlo todo: cuando nos encontremos con información, debemos hacernos preguntas críticas como: “¿Quién es la fuente de esta información?”. “¿Cuál es su motivo para compartirla?”. “¿Hay alguna prueba que apoye esta afirmación?”. Haciéndonos estas preguntas, podemos evaluar mejor la información y determinar si es fiable.

2. Busca perspectivas diversas: tendemos a rodearnos de personas que comparten nuestras creencias y valores, lo que puede dar lugar a cámaras de eco. Para salir de esto, debemos buscar activamente perspectivas diversas y entablar un diálogo respetuoso con quienes tienen opiniones diferentes.

3. Considera la fuente: es importante considerar la reputación y credibilidad de las fuentes en las que confiamos para obtener información. ¿Se sabe que son parciales o que tienen una agenda? ¿Son respetadas en su campo?

4. Evalúa los argumentos: posiblemente en los momentos en los que elaboramos un argumento, para debatir con otros solo pensamos en “ganarle” a nuestro interlocutor. Pero el crecimiento intelectual no se trata de eso.  Ante nada, siempre precisamos de evaluar todas las pruebas que se nos presenten, y cuestionarnos si tienen o no una coherencia lógica las teorías que consumimos en redes. También plantearnos si lo que leemos es veraz y cuál es su relevancia para el tema en cuestión.  Y por supuesto, ser flexibles a entender que si se presentan pruebas contundentes en contra de lo que en ese momento opinamos, debemos tener la soltura de abandonar lo que dábamos como cierto. 

5. Participar en la reflexión crítica:  el ejercicio del pensar debe ser una habilidad que se practique regularmente. Y esto, sobre todo cuando se trata de cuestionar nuestros propios procesos de reflexión. Esto nos será realmente útil para desandar todos los prejuicios en los que nos solemos enredar.  Desde el momento en el que vemos con claridad cuáles son nuestras limitaciones, podemos tener una mentalidad más abierta. De este modo, aumentará nuestra capacidad para evaluar la información objetivamente.

Practicando el pensamiento crítico, podemos salir de nuestras burbujas de información y adquirir una comprensión más matizada del mundo. Requiere esfuerzo y práctica, pero es esencial para convertirse en un ciudadano bien informado y comprometido.

Si bien las redes pueden conectar a personas de todos los rincones, también tienen el poder de reforzar los prejuicios existentes y crear burbujas de información. Es importante ser conscientes de esto y tomar medidas para salir de ellas a fin de promover una comunidad online más diversa e integradora.