Las criptomonedas son un mundo poco explorado por una extensa parte de la sociedad, pero puede ser un camino que nos lleve a una sociedad más inclusiva.
Estos instrumentos financieros fueron creados una como alternativa para las finanzas tradicionales. Su principal característica es que están basadas en cadenas de bloques, que tiene una naturaleza descentralizada.
Y aunque parezca, un concepto abstracto y lejano a la economía “de a pie”, es una herramienta que empieza a abrirnos las puertas para empezar a pensar en términos de diversidad e inclusión.
Los orígenes de creación están vinculados con la Gran Recesión de 2008. En ese momento se empezó a creer que la criptomoneda podría brindar a las personas oportunidades económicas más amplias. ¿Por qué? Son un sistema que desafía el dominio de los bancos en el ecosistema financiero global.
Criptomonedas: ¿pueden ayudar a disminuir la desigualdad?
Actualmente, esta tecnología abre nuevas oportunidades de negocio y/o trabajo. Para dar un ejemplo podemos mencionar a los juegos “play-to-earn”. Estos videojuegos están basados en blockchain, y utilizan criptomonedas para recompensar a los jugadores.
La pandemia afectó a todos los países del mundo, pero sin dudas los más afectados fueron aquello que ya sufrían de problemas económicos estructurales previo a la Covid-19.
Uno de estos casos es la región del sudeste asiático en el que fue notoria la pérdida de puestos de trabajo. Esta situación fue peor para las mujeres y a los jóvenes.
Ahí fue que tomaron relevancia los juegos que ofrecen recompensas monetarias, porque demostraron la eficacia para proteger los medios de subsistencia de los trabajadores con salarios bajos.
Además de las oportunidades de ingresos, las criptodivisas también han ayudado a quienes viven en países con una fuerte devaluación de la moneda. La adopción de criptodivisas en los mercados emergentes suele obedecer a dos razones principales: preservar los ahorros frente a la devaluación de la moneda y recibir salarios pagados por empresas extranjeras.
La fuerza de las criptomonedas reside en su tecnología subyacente, que permite que las interacciones entre iguales, como transacciones, votaciones y operaciones, se produzcan libremente sin necesidad de una autoridad central
Con el paso del tiempo, los avances tecnológicos han revolucionado el modo de funcionamiento de los equipos, permitiéndoles descentralizarse, desvinculándose de las fronteras geográficas y de las escalas económicas que interfieren en el funcionamiento eficaz de dichos sistemas. Dicha descentralización fomenta la diversidad y abre canales para que todo el mundo se una al sistema, independientemente de su formación y origen.
Podría afirmarse que el aspecto más significativo de la igualdad en el ámbito de las criptodivisas es la introducción de modelos de gobierno innovadores. En el mundo tradicional, un grupo selecto de individuos ostenta todos los poderes de gobierno, pero con la aparición de organizaciones autónomas y descentralizadas en el ecosistema cripto, existe potencial para un cambio de paradigma participativo.
Criptomonedas e igualdad de género
Pero no todo es color de rosa. Nadie duda del potencial inclusivo de esta tecnología, pero actualmente los mundos de las finanzas y las tecnologías, que se asocian directamente a las criptos, están dominados por los hombres.
Sin embargo, progresivamente está cambiando. Un ejemplo de cómo las criptos van hacia un camino de inclusión y diversidad cultural son las NFT.
Estas son nuevas formas en que los artistas y creadores monetizan el arte digital y otros contenidos en línea. A diferencia de criptomonedas como Bitcoin o Ethereum, que son intercambiables y fungibles, las NFT son únicas y no pueden replicarse ni cambiarse por otra cosa. El valor de una NFT proviene de su exclusividad y rareza, así como del valor percibido de la obra de arte o contenido que representa. Estas fichas pueden utilizarse para representar una amplia gama de materiales, como arte digital, música, tweets y memes.
Puntualizando en el campo del arte digital, las mujeres artistas representan menos del 16% de las ventas de NFT en los últimos 21 meses. Aunque se trata de una cifra muy baja, sigue superando el porcentaje de mujeres en las bellas artes tradicionales, donde solo representaron el 2 por ciento del total de 196.600 millones de dólares en ventas en subastas.
Criptomonedas e igualdad de género
Como comentamos con anterioridad, estas tecnologías, a diferencia de las divisas tradicionales, no están controladas por ninguna entidad o institución. Por ese mismo motivo, no están condicionadas a los prejuicios y la discriminación que se producen en los sistemas centralizados de muchos países.
Esto permite que exista más accesibilidad para las mujeres a cuentas bancarias o tarjetas de crédito. Aunque parezca increíble, muchas veces estas mujeres se ven limitadas por normas culturales o sociales de algunos países que todavía no reconocen su autonomía.
Por eso son tan importantes estas herramientas financieras para ellas, porque les permiten la inclusión financiera únicamente con el requisito de tener conexión a internet.
Además, como la comunidad cripto es descentralizada y global, las mujeres tienen más oportunidades para conectar con otras personas que comparten sus intereses y valores. Esto es especialmente útil para aquellas que se sienten marginadas en los lugares que habitan. No solamente se sentirán parte de algo mayor, sino que se empoderarán con sus conocimientos y talentos.