En este momento de la historia del mundo, existen personas que deciden cuestionar abiertamente las pruebas científicas, asumiendo una especie de relativismo de todo lo que ya dimos por cierto.
Es muy usual que nos crucemos a seres queridos, amigos, compañeros de trabajo o hasta citas negando cuestiones tan básicas como el cambio climático.
Si estás en esta nota es porque seguramente ya te agota esta situación, y te gustaría tomar cartas en el asunto. Por eso, en la siguiente nota, te comentaremos algunos argumentos comunes sobre los que se basan las creencias de estas personas, y por supuesto, cómo refutarlos.
1. “No me afectará a mí”
Los efectos del cambio climático ya están presentes y sólo empeorarán si seguimos sin tomar medidas. El impacto del cambio climático tiene un efecto desproporcionado en distintas personas y comunidades, y quienes son más pobres y vulnerables sufren más que otros. Es fácil sentirse protegido por tu relativo privilegio, pero la realidad es que esta crisis golpea a unos mucho más duramente que a otros.
Consciente de las implicaciones éticas del cambio climático, la justicia climática va más allá de una preocupación puramente física. Los más afectados por el cambio climático son los que menos contribuyen a él.
El mundo que heredarán las generaciones futuras va camino de ser cuatro grados más cálido que el tuyo, lo que les llevará a soportar las consecuencias durante todas las etapas de la vida.
Crecerán en un mundo que se enfrenta al reto de hacer frente a mayores niveles de contaminación atmosférica, más enfermedades transmitidas por vectores y una mayor incidencia de fenómenos meteorológicos extremos.
2. “El cambio climático es natural y normal: hemos visto fluctuaciones a lo largo de la historia”
Sin embargo, lo que estamos presenciando actualmente con el cambio climático no se parece a ningún calentamiento o enfriamiento que la humanidad haya visto antes, ni en ritmo ni en magnitud .El estado actual del clima de nuestro planeta se está desarrollando a un ritmo entre 20 y 50 veces más rápido que cualquier fluctuación anterior conocida.
La Tierra ha pasado por numerosos acontecimientos en los últimos 4.500 millones de años. De hecho, la Tierra ha liberado de forma natural altos niveles de dióxido de carbono a lo largo de su historia. Durante 580 millones de años, los científicos han relacionado las extinciones masivas con el dióxido de carbono atmosférico, una correlación anterior a que los seres humanos quemaran cantidades irrisorias de combustibles fósiles.
La constatación de que algunas de las extinciones masivas del planeta están vinculadas a la liberación de CO2 no debe convertirse en una fuente de consuelo, sino más bien en una llamada de atención. A diferencia del pasado, la Tierra no tiene la culpa de los daños causados por la quema incontrolada de combustibles fósiles. Somos nosotros los responsables de la destrucción.
3. “El cambio climático es algo bueno.
De múltiples maneras -financieras, medioambientales, físicas- el mundo experimentará un efecto perjudicial general a causa del cambio climático. Diversos estudios han revelado que hemos subestimado drásticamente los riesgos financieros que plantea el cambio climático a escala mundial.
¿Pero de qué nos va a servir el dinero si no tenemos calidad de vida? Al respecto, podemos afirmar que los incendios forestales también están arrasando zonas cada vez más extensas y son cada vez más intensos.
El aumento de las temperaturas ha provocado un aumento de las muertes relacionadas con el calor. Además, las altas temperaturas exacerban la contaminación atmosférica, que los investigadores han relacionado con todo, desde el aumento de los delitos violentos hasta el incremento de las tasas de cáncer.
Las estadísticas sobre catástrofes naturales son igualmente aterradoras, y revelan que los huracanes están alcanzando extremos sin precedentes. En los últimos 30 años, el número de huracanes de categoría 4 y 5 ha aumentado constantemente.
4. “Las plantas y los animales se adaptarán a los cambios”.
El ritmo al que se está produciendo el cambio climático es demasiado rápido para que las especies puedan adaptarse.
Más del 40% de los anfibios, casi el 33% de los corales y más de un tercio de los mamíferos marinos están amenazados por el cambio climático. Actualmente, cuando el cambio climático aún no ha alcanzado su punto álgido, más de un millón de especies están en peligro de extinción. Se calcula que cada día se extinguen decenas de especies.
Esto se debe a que el cambio climático está exacerbando los efectos negativos de otras actividades humanas perjudiciales ya existentes, como la sobrepesca y la deforestación.
En 2019, la ONU publicó un informe que identificaba los cinco principales factores directos de la desaparición de especies. El cambio climático ocupaba el tercer lugar entre ellos, tras los cambios en el uso de la tierra y los océanos y la sobreexplotación de organismos, todos ellos causados por la humanidad.