Decir que estudiar una lengua es solo una cuestión de necesidad de  comunicación básica sería quedarse en un concepto simplista. Es un viaje que te lleva a crecer y desarrollarte de formas inesperadas, ofreciéndote perspectivas únicas que te permiten ver el mundo con ojos nuevos.

Si te estás planteando empezar a hablar un nuevo idioma, en esta nota te terminaremos de motivar. A continuación, junto a nuestra colaboradora María Stroman, te comentamos los principales 6 puntos que te entusiasmarán con la idea de pensar, escribir y hablar en otro idioma: 

  1. Es una forma de viajar con tu mente y tu corazón 

Por mucho que nos guste explorar tierras extranjeras, no siempre podemos viajar a nuevos lugares. Pero dominar una lengua nueva puede ofrecernos su propio tipo de aventura, permitiéndonos viajar de una forma diferente incluso cuando no podemos realizar una escapadita. 

Saber todas las lenguas del mundo es una hazaña imposible, pero dominar la lengua de un país que admiras te permite mantener el contacto con él desde lejos cuando visitarlo en persona no es factible.

Los significados y matices de las palabras en las distintas lenguas pueden ser variados, y tienen una resonancia única. Esto implica que adquirir una lengua y utilizar con fluidez sus expresiones puede evocar las vistas, los olores y los sonidos de las regiones donde se habla la lengua, transportándote allí, aunque no sea factible viajar en persona.

  1. Te permite hacer amigos de otros países.

Cuando aprendes una lengua y conversas con quienes la hablan, encontrar amistades es casi inevitable. Las diversas nacionalidades y culturas que enriquecen nuestro planeta lo hacen realmente cautivador, y entablar relaciones con personas de diversos orígenes puede ser una experiencia sumamente gratificante.

Es muy probable que con tu aprendizaje, puedas  conectar con alguien con quien no habrías podido comunicarte de otro modo.

  1. Ampliará tu visión del mundo

Todos somos un reflejo de las culturas en las que nacemos y de las lenguas que desarrollamos, por lo que arrastramos prejuicios y presunciones que proceden de la visión del mundo que se nos ha impuesto.

Sin embargo, cuando nos encontramos con otras culturas y entablamos amistad con personas que tienen perspectivas diferentes, ampliamos nuestra visión del mundo y adquirimos una perspectiva más amplia.

  1. Mejora la capacidad cognitiva

Para dominar una lengua, es imprescindible retener un vocabulario extenso. El proceso de retener numerosas palabras sirve como un gran ejercicio para potenciar el desarrollo cognitivo y la memoria.

Tener este tipo de conocimiento también nos expone a estructuras gramaticales desconocidas o expresiones aparentemente peculiares, que a veces requieren gimnasia mental para que nuestro cerebro las comprenda.Esto se traduce en una mayor flexibilidad mental, que a su vez mejora tu rendimiento intelectual en una amplia gama de tareas.

Expresamos nuestros pensamientos mediante palabras, y dominar varias lenguas puede ampliar tu capacidad para comprender conceptos abstractos. También aumenta tu capacidad para razonar y resolver problemas.

El uso de una segunda lengua puede mejorar la capacidad de pensamiento crítico. Los investigadores han descubierto que los pensamientos expresados en una segunda lengua tienden a ser más racionales y menos cargados emocionalmente que los proclamados en la lengua materna.

Adquirir una nueva lengua aumenta la creatividad, y las personas que dominan varias lenguas también son competentes en la multitarea, ya que son capaces de alternar entre dos actividades con eficacia.

Profundizarnos en una lengua requiere tiempo y esfuerzo suficientes, lo que fomenta la mejora de la concentración y la paciencia, atributos de valor incalculable en una época en la que prevalece la escasa capacidad de atención. 

5 – Retrasa la aparición de la demencia

Además de potenciar la inteligencia, hablar una lengua extranjera también puede ayudar a conservar las facultades mentales durante más tiempo.

Todavía hay muchas incógnitas sobre las enfermedades degenerativas como el Alzheimer, pero las investigaciones indican que las personas que hablan una segunda lengua tienen menos probabilidades de desarrollar estas afecciones, o al menos experimentan un retraso en la aparición de las mismas.

Somos conscientes de que manteniéndonos físicamente en forma, podemos conservar nuestro cuerpo sano durante más tiempo. Por tanto, es posible que nuestra mente también se beneficie del ejercicio mental de practicar un nuevo idioma.

6 – Enriquece los viajes al extranjero

Uno de nuestros objetivos cuando viajamos es adquirir conocimientos sobre los lugares que visitamos y vivir experiencias significativas conectando con los residentes locales. 

Si estás familiarizado con su forma de comunicarse, puedes salirte de los caminos trillados y conversar con los lugareños.

Al tener el mismo código de comunicación, es más probable que la gente sea amable contigo. Además, como normalmente no se relacionan con extranjeros, también pueden sentir curiosidad y ganas de entablar conversación. Tu viaje se enriquecerá enormemente si te desvías del camino del turismo estereotipado y entablas una conversación local en lugar de interactuar con gente que solo quiere venderte algo. 

¿Qué otros motivos consideras que una persona tiene para querer aprender un idioma nuevo?