Saber presentar un argumento convincente es una valiosa habilidad que puede permitir a los profesionales alcanzar objetivos de alto nivel y tomar decisiones acertadas.
Aunque hay varios tipos de estructuras argumentativas que uno puede construir, hay algunos pasos fundamentales que uno puede seguir para influir con éxito en su audiencia.
Los profesionales de distintos sectores utilizan el razonamiento para convencer al público sobre puntos de vista concretos. También fomentan el compromiso sobre un tema concreto y estimulan conversaciones críticas en torno a él.
Este artículo pretende comprender cómo estructurar eficazmente la argumentación para obtener mejores resultados.
¿Qué es un argumento?
Una argumentación consiste en presentar el propio punto de vista sobre un tema y fundamentarlo con pruebas como investigaciones, estadísticas y ejemplos. Aunque las discusiones pueden tener lugar en diversos campos, como la política, las campañas de marketing y el sector empresarial, la esencia de una argumentación es proporcionar un apoyo lógico a nuestras opiniones.
Para tener éxito, los académicos -normalmente los filósofos- analizan los métodos más eficaces para presentar un argumento y persuadir a un público para que considere un punto de vista concreto.
El enfoque de este estudio gira en torno a la noción de razonamiento lógico, que es el método de utilizar un conjunto bien organizado de acciones para llegar a una afirmación concluyente.
En el razonamiento lógico, hay que enunciar la premisa, proporcionar una conclusión y ofrecer pruebas que permitan al público sacar una conclusión.
Presentando un argumento lógico, los profesionales pueden influir y orientar a su público hacia una perspectiva determinada.
Tener la capacidad de utilizar estratégicamente el pensamiento lógico puede ayudar a los profesionales de diversos campos a convertirse en solucionadores de problemas con éxito y gran influencia. Después, pueden poner en práctica el pensamiento crítico para manejar una comunicación eficaz, tomar decisiones informadas y dirigir a los demás con destreza.
Tipos de estructuras argumentales
Existen varios tipos de estructuras argumentativas, en las que la mayoría de los argumentos pertenecen a las categorías inductiva o deductiva, según el tipo de razonamiento presentado. El razonamiento inductivo se refiere al proceso de sacar conclusiones generalizadas a partir de pruebas recogidas en situaciones concretas.
En cambio, el razonamiento deductivo implica apoyar una conclusión más amplia con pruebas obtenidas de circunstancias concretas. Aunque algunos argumentos pueden incluir tanto razonamiento inductivo como deductivo, los científicos e investigadores suelen basarse en este último para presentar sus observaciones y validar o refutar una teoría con certeza.
Para que un argumento resulte convincente, es importante presentarlo en un formato organizado que el público pueda seguir y comprender fácilmente.
Estructuras para crear un argumento en 5 pasos
La técnica que te presentaremos fue ideada por el filósofo griego Aristóteles, quien esbozó inicialmente el método clásico, que luego ampliaron los retóricos romanos Cicerón y Quintiliano.
Este método se centra en proporcionar una definición clara del argumento y en presentar pruebas válidas que lleven a la audiencia a sacar conclusiones sólidas. El método clásico sigue la estructura dada.
En este enfoque, hay cinco pasos cruciales que debes dar al formular un argumento. Entre ellos están:
- Introducir el problema
Comienza tu argumentación presentando el problema o cuestión central de que se trata. En tu introducción, proporciona toda la información relevante y el contexto necesarios para que tu audiencia comprenda tu argumento. También es un punto adecuado para dar un esquema básico de las pruebas que piensas presentar.
- Comparte tu argumento.
Una vez que hayas dado suficiente contexto a tu audiencia, puedes proceder a presentar tu argumento o tesis. Esta parte de tu argumento articula tu punto de vista sobre el tema tratado. El enunciado debe ser breve, directo y fácilmente comprensible para tu público objetivo.
- Aporta pruebas que apoyen tu argumento.
Para persuadir a tu audiencia de tu afirmación, tendrás que aportar pruebas que la respalden. Ofrece ejemplos, investigaciones, estadísticas, estudios y otra información que demuestre tu afirmación y promueva una sensación de validez. Cuando apoyes tu afirmación, intenta centrarte en presentar hechos más que información anecdótica.
- Reconoce el punto de vista contrario presentado en el argumento.
Una vez que hayas aportado pruebas suficientes para apoyar tu afirmación, haz un esfuerzo por reconocer la parte contraria de tu argumento. Puedes explicar por qué no estás de acuerdo con las objeciones, refutar su validez o conceder su aplicabilidad a determinados contextos. Abordar las perspectivas opuestas te ayudará a mantener la objetividad y dará credibilidad a tu argumento en su conjunto.
- Refuerza tu argumento.
Cuando te acerques al final de tu argumento, asegúrate de reforzar y resumir tu punto de vista con las pruebas presentadas. En tu conclusión, puedes recurrir a las emociones o a la perspectiva de tu audiencia para persuadirla aún más. Una buena práctica podría ser explicar cómo afecta personalmente tu tema a tus oyentes para subrayar la importancia de tu afirmación.