Todos los humanos, nos sabemos mortales. Y las frases “la vida es para vivirla” puede parecer un cliché, pero nos la tomamos muy en serio. Pero esta sensación de que todo “se acaba” y debemos “aprovechar” ¿puede ser contraproducente?
¿Qué quiere decir “FOMO”?
La experiencia común del miedo a perderse algo, o FOMO, como se denomina coloquialmente por sus siglas en inglés Fear of Missing Out. Se la puede considerar una ansiedad social que nos hace pensar que debemos estar en constante contacto para no perdernos planes.
Esta se ha hecho un hueco en el vocabulario general con frecuentes menciones en los medios de comunicación.
¿Cuáles son las consecuencias del FOMO?
Una persona que experimenta “FOMO” suele experimentar niveles elevados de ansiedad. Algunos de sus mayores temores son separarse de su dispositivo móvil, perder la señal del teléfono o quedarse sin batería.
Cuando alguien que vive con este “miedo” comparte una publicación en las redes sociales pero no recibe una participación significativa de sus seguidores, puede experimentar sentimientos de depresión.
En realidad, el contenido compartido en Instagram a menudo muestra una versión distorsionada de la realidad, gracias a la interminable selección de filtros destinados a mejorar la apariencia de las publicaciones.
El insomnio es un resultado común del “FOMO” entre las personas que son incapaces de conciliar el sueño sin su teléfono móvil al alcance de la mano para poder ver las notificaciones y mensajes entrantes, incluso en mitad de la noche.
¿Las redes sociales aumentan el FOMO?
Una noción que se atribuye con frecuencia al uso problemático de las redes sociales es el FOMO, ya que los usuarios a menudo sienten que pueden estar perdiéndose una experiencia agradable e impresionante que otros parecen estar viviendo.
No es de extrañar que el FOMO se haya vinculado al uso de las redes sociales. Si alguien teme que sus amigos le envíen mensajes de texto sobre algo increíble, acechar constantemente las redes sociales en busca de destellos de sus actividades puede parecer un movimiento lógico para esa persona.
¿Qué demuestra la ciencia sobre la conexión entre el FOMO y el uso de los medios sociales? Un estudio reciente (Fioravanti et al., 2021) examinó la conexión entre los niveles individuales de FOMO y el uso de los medios sociales, así como el uso problemático de los medios sociales. El estudio realizó un metaanálisis -un análisis estadístico que combina los resultados de varios estudios científicos- que permitió disponer de una muestra de mayor tamaño y aumentar la potencia estadística. Los autores integraron los resultados de 33 muestras independientes con un total de 21.473 participantes. Los resultados del estudio fueron claros: los individuos que mostraban mayores niveles de FOMO tenían un uso más problemático de las redes sociales. La edad y el sexo de los participantes en el estudio no afectaron a este resultado. La investigación también descubrió una relación entre un elevado FOMO y mayores niveles de depresión, ansiedad y neurosis, así como un mayor temor a la evaluación negativa. En cambio, los individuos con niveles más bajos de FOMO mostraron niveles más altos de autodisciplina que los que tenían un FOMO alto.
¿Qué tipo de personas sufren ‘FOMO’?
Hay dos grupos distintos de individuos que sufren este trastorno de ansiedad. Por un lado están los que poseen una baja autoestima y en ocasiones se sienten solos. En estos casos, las plataformas de las redes sociales pueden fomentar la creencia de que su autoestima aumenta mediante la publicación de contenidos y el compromiso con sus seguidores.
Además, hay un colectivo emergente que se está convirtiendo en motivo de preocupación: las nuevas generaciones de jóvenes que pueden no poseer necesariamente una baja autoestima, pero que pasan cantidades significativas de tiempo en la esfera digital. Estos adolescentes que padecen este trastorno experimentan una sensación de “incomodidad” cuando se les reprende por estar centrados en el consumo delante de una pantalla, junto con un interés decreciente por sus entornos de aprendizaje.
¿Cómo evitar el miedo a perderse algo?
A veces, el miedo a perderse algo puede sugerir que estás alejado de lo que realmente valoras como significativo en tu vida. Para mantenerte alejado de los sentimientos de FOMO, a menudo es imprescindible romper los ciclos negativos.
- Desintoxicarse digitalmente
Desconectar de espacios digitales como las redes sociales y las noticias de última hora puede contribuir a una experiencia diaria más centrada y gratificante. Cuando se trata de evitar el FOMO, retirarse de las plataformas sociales puede ofrecer un descanso muy necesario, permitiendo una auténtica reconexión contigo mismo y con tus pasiones personales.
- Participa en la práctica de la meditación y la atención plena.
Los beneficios de las prácticas de atención plena, como la meditación y el yoga, son excelentes para fomentar un estado mental tranquilo y permanecer presente en el momento. Aquietar la mente y centrarse en la respiración puede aumentar la conciencia de que lo que está causando el FOMO puede no merecer la pena.
- Tener más tiempo de calidad con nosotros mismos
Pasar tiempo en persona con tus seres queridos y dejar a un lado el teléfono puede ser una forma excelente de volver a centrarte en las relaciones más importantes. Los amigos y los familiares suelen ser las mejores fuentes para recordarte que mereces amor y aceptación, a pesar de lo que puedan hacer los demás.
A su vez, como señala María Stroman, es fundamental que si vemos que esta situación esta causando graves efectos en nuestra vida, intentemos acudir a terapia con un profesional de la salud mental.