En la búsqueda incesante del “conocimiento de uno mismo” y del aumento de la autoconciencia, la teoría clásica de los cuatro temperamentos puede resultar muy beneficiosa. Infórmate sobre qué son y cómo pueden beneficiar a tus relaciones.

¿Cuál es el significado o qué es un “temperamento”?

Tu temperamento puede describirse mejor como tu respuesta natural e innata ante las personas, las situaciones y las ideas. Piensa en tu reacción “instintiva” cuando, por ejemplo, se produce un cambio inesperado en tu rutina diaria o cuando surgen conflictos en una relación.

Los temperamentos representan el punto de partida de cómo enfocamos las cosas, o dicho de forma sencilla, son nuestra forma de estar en el mundo. Es el camino de menor resistencia que tomamos de forma natural.

Un método eficaz para identificar tu personalidad es reflexionar sobre cómo respondías a las cosas cuando eras niño, antes de dominar las adaptaciones a múltiples entornos. ¿Eras extrovertido por naturaleza? ¿O eras de naturaleza observadora?

Los 4 temperamentos: ¿Qué son? ¿Cuál es su origen?

La noción de los cuatro temperamentos existe desde la antigüedad. Hipócrates (c. 400 a.C.), apodado el “padre de la ciencia médica”, fue el primero en introducir la idea de que cuatro “humores” corporales (por ejemplo, la flema y la bilis, etc.) y sus combinaciones afectan al estado mental y al comportamiento de una persona.Fue Galeno, el filósofo de hace dos siglos, quien acuñó los nombres que aún hoy utilizamos para los temperamentos: colérico, sanguíneo, melancólico y flemático.

  1. Colérico: El candidato ideal para alcanzar sus objetivos, es un emprendedor innato, caracterizado por importantes puntos fuertes, como aptitudes naturales de liderazgo, energía inagotable, gran fuerza de voluntad, confianza en sí mismo y una visión optimista de la vida.

Debilidades de la persona colérica: Puede resultarle difícil empatizar con las necesidades de los demás y tienes tendencia a ser autoritario y excesivamente crítico con los que lo rodean.

  1. Melancólico: El pensador profundo con fuertes ideales y sentimientos apasionados destaca en la organización natural y el funcionamiento sin fisuras. Es un amigo leal que establece fácilmente conexiones profundas con los demás.

Debilidades del melancólico: Puede luchar contra el perfeccionismo o la negatividad (de sí mismo y de los demás); y puede sentirse fácilmente abrumado por la vida.

  1. Sanguíneo:Tienen una personalidad carismática y son el alma de la fiesta. Son personas aventureras, creativas y afables que prosperan en las interacciones sociales y valoran compartir experiencias con los demás.

Debilidades del sanguíneo:Pueden tener problemas de seguimiento y tendencia a comprometerse en exceso. Pueden tener problemas de autocontrol o tendencia a evitar los aspectos más difíciles de la vida, incluidas las relaciones.

  1. Flemático: El líder que sirve con calma y permanece imperturbable incluso en situaciones de mucha presión. Esta persona es comprensiva, empática y sabe escuchar, y a menudo actúa como pacificador que cuida de los demás. Encuentran rápidamente la satisfacción y se complacen en formar parte del equipo en lugar de querer ser el jefe.

Debilidades del flemático: Cuando llega el momento, tomar la iniciativa puede parecer difícil y se pueden evitar las emociones fuertes para evitar los conflictos.

¿Te reconoces en uno de estos temperamentos, o en una combinación de ellos? Los estudios han revelado que los individuos suelen tener un temperamento predominante, que indica cómo reaccionan ante las situaciones y las personas, junto con otro secundario. Ten en cuenta que estás intentando determinar tus características intrínsecas de personalidad, no sólo las habilidades que has desarrollado para diversas situaciones.

¿De qué forma podemos usar la teoría de los 4 temperamentos?

Un mejor conocimiento de uno mismo es beneficioso. Conocer nuestras características distintivas nos permite prosperar en diversos aspectos de la vida, como en el trabajo y en las relaciones. 

Así como espresa nuestra colaboradora Maria Stroman, mediante la autorreflexión, podemos evaluar por qué determinadas circunstancias nos resultan más difíciles que a otros.

Los temperamentos nos permiten centrarnos en nuestros puntos débiles y cultivar una mayor confianza en nuestros puntos fuertes, aunque difieran de los de los demás. También fomentan una mayor empatía para comprender a personas con personalidades muy distintas a la nuestra.

La teoría de los cuatro temperamentos es una pista valiosa entre muchas otras que pueden ayudar a comprendernos mejor a nosotros mismos.

Comprender tanto nuestro temperamento como el de nuestra pareja puede ser una herramienta valiosa en las relaciones. Se trata de cómo se mezclan nuestras personalidades y de cómo interactúan los distintos temperamentos.

No existe el temperamento “perfecto” ni la combinación perfecta de temperamentos. El grado en que se valoran determinados rasgos del temperamento varía en función de la microcultura de la que formemos parte, como nuestro entorno académico o familiar. Pero, al igual que cada individuo, cada temperamento tiene sus puntos fuertes y sus puntos débiles. No se trata de convertirse en un temperamento “mejor”, sino de aprender a querernos por lo que somos.